Procesión del Santisimo Cristo de la Sala
Tercer domingo de septiembre

La PROCESIÓN DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA SALA fue declarada «Fiesta de Interés Turístico Regional» por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha (Orden de 20 de marzo de 2003, de la Consejería de Industria y Trabajo. D.O.C.M. nº 49, de 7 de abril de 2003).

Es un acontecimiento de larga tradición, institucionalizado desde el año 1733. Se celebra cada tercer domingo de septiembre al anochecer, momento en que todo el pueblo rinde culto a un Cristo muy venerado desde tiempos remotos.

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Es un acto de un tipismo muy característico y de una gran vistosidad, dado el abundantísimo número de mujeres que lucen ese día el TRAJE BARGUEÑO, un traje de fiesta que tiene una larga tradición, heredada de madres a hijas, consistente en falda plisada, enaguas de encaje y puntillas, blusa con pasamanería, delantal de raso bordado a mano y adornos de azabaches y lentejuelas. Como prenda destacada, se cubren con un mantón de Manila, (entre los que se aprecian algunos muy antiguos, de época isabelina, adornados con motivos florales o animales y vistosos colores), que las bargueñas se colocan de forma muy característica y laboriosa, doblado en pico y cruzado hacia atrás, estando recogido en pequeñas dobleces en la nuca y prendidas minuciosamente con infinidad de alfileres de nácar para evitar que el mantón se mueva. 


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Mención especial merecen los adornos y joyas que las bargueñas lucen tradicionalmente en las fiestas, por su forma y antigüedad, entre los que destacan las «arracadas», unos singulares pendientes de oro y pedrería de reminiscencia mudéjar, y los «aderezos», colgantes de oro y brillantes, en forma de lazo, pluma o almendra.

Del traje bargueño de hombre, sin embargo, ha perdurado sobre todo el utilizado a diario como traje de faena. Está formado por un blusón de rayas azules, pantalón “de mandilillo” de pana gruesa y alpargatas.  

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Todos ellos llevan el pañuelo rayado o “de hierbas” anudado al cuello.imagen-panuelo-de-hierbas

El pañuelo de hierbas es un símbolo de identidad y tradición en Bargas. Los bargueños y bargueñas se lo colocan a partir de su puesta oficial en el acto de inauguración de las fiestas y lo llevan hasta la finalización de las mismas. 

DESARROLLO DEL ACTO

La Procesión sale por las llamadas «Puertas Gallegas» de la iglesia parroquial y está presidida por el Presidente de la Hermandad del Stmo. Cristo de la Sala, acompañado por el Alcalde de Bargas. Junto a ellos, se sitúan las personalidades de mayor rango invitadas. También comparecen los miembros de la Corporación Municipal y otros invitados ilustres, así como representantes de entidades y asociaciones locales. Todos ellos son conducidos por una banda de música desde la plaza del Ayuntamiento hasta las puertas de la iglesia, para dar comienzo al desfile procesional por las calles del casco histórico de la localidad. La representación religiosa está presidida por el Párroco de Bargas, acompañado por otras autoridades eclesiásticas.

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La carroza del Cristo va encabezada por las Reinas y Damas de las fiestas y escoltada por miembros de la Guardia Civil, estando flanqueada durante todo el recorrido por dos hileras formadas por bargueñas y bargueños que caminan en silencio, portando velas y siguiendo las instrucciones de los miembros de la Junta Directiva de la Hermandad, los cuales son los que conducen y dirigen la Procesión. En medio de las filas, los estandartes, llevados por voluntarios, encaminan la comitiva, y junto a ellos, las bandas de música locales.

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Al término del recorrido, se procede a la quema de fuegos artificiales en la explanada de la iglesia parroquial.

LUGAR DE CELEBRACIÓN 

Casco histórico de Bargas. 

HISTORIA

La tradición del Cristo de la Sala se remonta al siglo XVIII. Siguiendo las Descripciones del Cardenal Lorenzana de 1786, por entonces en Bargas ya existía, junto a la Iglesia Parroquial, una capilla que albergaba al Cristo de la Sangre, comúnmente llamado “de la Sala” porque dicha capilla debió ser sala capitular de la casa contigua, que posiblemente funcionaba como hospital benéfico regido por la Cofradía de la Vera Cruz, según un acta capitular de 1660.
 
La imagen del Cristo de la Sala es muy venerada desde antiguo, surgiendo la tradición con la aparición de la figura en la ventana de una sala del hospital. En ese mismo lugar se construyó la ermita, cuyo altar, presidido por la imagen, encuadra la ventana de la aparición. Posteriormente a este Cristo se le atribuyen muchos hechos milagrosos, como se aprecia en los libros de la Cofradía, en donde se plasman numerosas ofrendas de agradecimientos, motivo por el cual a finales del siglo XVII se le llamó también Cristo de las Misericordias. 

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La ermita de la Vera Cruz pertenece, en efecto, a la Cofradía que, con el mismo nombre, se encuentra ejerciendo en Bargas desde mediados del siglo XVI, y a ella se hace mención en las Relaciones Topográficas de Felipe II, de 1576, cuando todavía no estaba terminada de construir. Esta Cofradía tenía una función específica caritativa y social, atendiendo a pobres de solemnidad y cuidando enfermos, además de organizar los actos de Semana Santa y Cuaresma, así como la celebración en Septiembre de la Fiesta de la Cruz.

Es en 1733 cuando se institucionaliza la fiesta dedicada al Santísimo Cristo de la Sala, título con el que es venerada la famosa imagen, “tan antigua que no se encuentra tradición de su origen…” estableciendo la Cofradía, en acta capitular de 28 de Marzo, que la Procesión se celebre el día 29 de Septiembre de cada año.

La Cofradía de la Vera Cruz desaparece en el siglo XIX, dando paso a la actual Hermandad del Santísimo Cristo de la Sala, y se fija por fin la fiesta en las fechas de Septiembre en que ya habían terminado las labores de recolección, quedando definitivamente instaurada en el tercer Domingo de dicho mes.