La semana pasada hablamos de las plantas y de los niños y niñas pequeños, no queremos olvidarnos de los animales y el papel beneficioso que pueden tener sobre ellos.
En esta semana, el viernes 29 de mayo teníamos previsto la visita al centro de una pequeña granja escuela, simplemente será un aplazamiento de esta actividad dadas las circunstancias del momento, seguro que volveremos a disfrutar de los animales en el centro el próximo curso.
Es una actividad muy especial, no se nos escapa a nadie que existe una relación única entre los animales y los niños. Ese vínculo especial que se crea entre ellos trae beneficios mutuos, pero son aún más notables los efectos benéficos que sobre la salud de los niños al tener contacto con animales.
Resulta realmente fascinante aprender sobre el vínculo increíblemente particular que tienen ciertos animales, con los niños. Es una afinidad difícil de establecer, pero que se ha comprobado trae múltiples beneficios para el desarrollo de estos últimos, ya sea por convivir con una mascota o por tener contacto a través de tratamientos que incluyen animales en sus terapias de salud.
Tener relación con animales ayuda a disminuir el estrés, la tensión arterial y la frecuencia cardiaca. No sólo eso, existen muchos estudios que constatan que esa compañía mejora los niveles de las hormonas asociadas al bienestar y ayuda a que aumente nuestra autoestima.
Este contacto es bueno tanto para niños y niñas pequeños. En la primera infancia empiezan a cobrar auténtica relevancia cuando el niño empieza a ser autónomo y el contacto con animales se convierte en ese amigo silencioso que casi siempre está dispuesto a jugar con él. Se establece una relación de complicidad y protección muy beneficiosa para aumentar la autoestima en los niños de esta etapa. En muchas ocasiones ayudan a superar la timidez e inseguridad ante situaciones nuevas.
Tener relación con animales puede resultar muy beneficioso para el desarrollo de los niños y niñas, tanto a nivel emocional como físico. Les enseña a preocuparse por otro ser vivo, a compartir el amor que tienen para dar y a fomentarles la responsabilidad y autonomía al hacerse cargo de ciertas rutinas que implican el cuidado y mantenimiento de sus mascotas. También importante es instruir a sus pequeños sobre las precauciones básicas que se deben tener para sus cuidados y para evitar enfermedades.
Cuando existen mascotas en casa tenemos que ser capaces de enseñar que implica compromiso, dedicación y responsabilidad, valores estos muy importantes en el aprendizaje y crianza de los niños. Adicionalmente, las mascotas pueden llegar a ser la compañía afectuosa y gentil que les construirán gratos recuerdos en sus memorias.
La relación y contacto con animales, ya sea por tener mascotas en casa o bien por experiencias muy diversas que podemos vivir con animales, representan uno de los primeros vínculos afectivos en la vida de un niño. Este aprende a quererlas y a tratarlas con respeto, cariño y afecto, lo cual le enseña también el valor de la empatía, esto es, la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos, ponerse en el lugar del otro, y así comprender, a una edad temprana, a tratar a un animal como él quisiera ser tratado. Es decir, al aprender a tener compasión y respeto por los animales el niño está cultivando valores básicos que lo ayudarán luego a respetar a los demás y a vivir en sociedad.
Las terapias y actividades con animales han logrado arrojar resultados positivos al mejorar la vida física, emocional y psicológica de niños y niñas, reforzando resultados muy positivos en niños y niñas con algún tipo de trastorno en su desarrollo, como el autismo, la hiperactividad…, que afecta su comunicación e interacción con el entorno social, de igual modo, con pequeños con síndrome de Down.
Yolanda Valbuena, de la Fundación Altarriba, detalla en qué beneficia en estas edades la interacción con animales de compañía: “Por una parte estimula el desarrollo psicomotor y del lenguaje, en los niños y adolescentes. Y mejora la comunicación no verbal, aumenta la autoestima y la capacidad de relacionarse con los demás”. Esta profesional comenta que la mera presencia de animales “altera positivamente las actitudes de los niños sobre sí mismos y respecto a los demás, ayuda a desarrollar diversas áreas incluyendo el amor y los afectos, estimula la responsabilidad y aprenden sobre el ciclo de vida”. Desde esta fundación se mantiene que hay suficientes estudios científicos que demuestran que los niños que han crecido en compañía de animales tienen menos miedo, desarrollan sentimientos positivos y de empatía con todos los seres vivos. También se ha corroborado que existe una menor percepción del dolor en niños sometidos a cirugía mayor después de participar en programas con animales de compañía.
Es por todos los aspectos positivos que el próximo curso volveremos a tener la Actividad de la pequeña Granja Escuela en el centro, y sin olvidar que es una actividad que nos hace DISFRUTAR A TODOS, PEQUEÑOS Y MAYORES.
MUCHO ÁNIMO FAMILIAS