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Ayer 15 de octubre, a las 17.30 h tuvo lugar en el salón de actos de la Casa de la Cultura “María Zambrano”, el acto institucional en conmemoración del Día Internacional de las Mujeres Rurales.

El acto comenzó con la presentación por parte de las técnicas del Centro de la Mujer en la que se hizo énfasis en no demonizar los cuidados pues, sobre todo, en el mundo rural, sostienen y tejen redes a nivel comunitario y familiar. Invisibilizar o desvalorizar esta aportación, es desconocer una realidad imprescindible en el equilibrio de nuestros pueblos. Por tanto, lejos de ser un rol secundario o un estereotipo, los cuidados son una expresión concreta de trabajo, compromiso y responsabilidad social, que se debe poner en valor con la misma dignidad que cualquier actividad productiva.

Posteriormente se dio paso a la archivera municipal Blanca Picabea Eléxpuru que, tras una intensa labor de documentación, destacó que la cultura local y la tradición de nuestros pueblos no sólo se nutren de los acontecimientos históricos y de los testimonios documentales que se hallan en nuestros archivos; no sólo se alimentan de la impronta de nuestros edificios y monumentos, del trazado de nuestros barrios y del aspecto singular de nuestras casas tradicionales.

Tampoco la cultura local vive únicamente de las costumbres, vestimentas, actos conmemorativos y religiosos, escenarios de ocio y de diversión. La cultura local también se entrelaza con la gastronomía, con esa cocina que la identifica, empezando por la selección de ingredientes frescos y autóctonos recogidos en nuestros campos, y pasando por otros que no abundaban en la zona y se traían de otros lugares.

En el caso de Bargas, la cultura gastronómica está documentada, no solo por esa tradición panadera, que la representa, sino también por el origen de oficios arraigados aquí, como son los de los arrieros y de las recoveras, oficios tradicionales en Bargas que permitieron el transporte e intercambio de productos.

Detrás de los alimentos que llevamos a nuestras cocinas y despensas hay un enorme trabajo: no sólo ya el transporte de mercancías, sino la siembra y la recolecta de las frutas y hortalizas, y luego, por supuesto, las horas y la costumbre que se esconden tras un guiso hecho a fuego lento.

Tras las palabras documentadas de Blanca, tuvo lugar un interesante coloquio con las mujeres que participaron, que resultó muy útil como espacio de empoderamiento, y refuerzo en la implicación que han tenido y tienen estas mujeres en el bagaje cultural de los pueblos y en la vida comunitaria y social.

Posteriormente se degustaron los exquisitos platos, muchos de muchas antiguas recetas que han pasado de generación en generación.

Desde el Ayuntamiento de Bargas y la concejalía de Igualdad queremos destacar el impacto positivo del acto y añadir que el recetario de las mujeres de Bargas se inicia con este acto, pero pretende ser un documento vivo y abierto en el que recoger muchas más recetas.